Tepatitlan

Tepatitlán, Jalisco, es uno de esos lugares que todos deberían visitar al menos una vez en la vida. El ritmo lento, la belleza colonial, los atractivos cercanos y la exquisita gastronomía regional hacen de esta ciudad una opción tentadora durante un viaje a Guadalajara y sus alrededores.

Su historia

Tepatitlán fue escenario de la Guerra Cristera, una de las más importantes del siglo XX en México y la única en nuestro país que se peleó por motivos religiosos. Los detalles de este conflicto y el papel de la ciudad en él, los puedes conocer en el Museo de la Ciudad, en pleno centro histórico.

Sin embargo, la historia de Tepatitlán va mucho más atrás, hasta la era prehispánica. En este mismo recinto, verás objetos originales, creados por los chichimecas y otomíes que habitaban la región. También hay una sala de arte sacro que resguarda verdaderos tesoros de la época virreinal, como pinturas y escultururas.

Sus parques

Si algo tiene Tepatitlán, son parques hermosos en donde te puedes refugiar por un buen rato y disfrutar de un momeno de tranquilidad o tal vez hacer un poco de ejercicio.

Te recomendamos el Parque del Beso, el Parque del Bicentenario, el Parque Los Viveros y el Parque Lineal. Este último está hecho conforme a la tendencia urbana de parques estrechos que recorren largas porciones de la ciudad.   

La deliciosa comida

En el corazón de Jalisco, Tepatitlán concentra lo mejor de la gastronomía del occidente de México. Imagina el más delicioso menudo blanco, una birria picosa, una carne en su jugo, un pozole calientito, unos tacos de camarón estilo Nayarit.

El Mercado Centenario es un buen punto de partida para degustar la gastronomía local. La Casita, Hacienda Cristeros, Percebe, Tepagrill y Los Gordos son algunos de los mejores restaurantes de la ciudad en donde disfrutarás los manjares de la región.

La belleza de su centro histórico

Con monumentos históricos como la Parroquia de San Francisco de Asís, el Mercado Centenario y la Presidencia Municipal, recorrer las calles de este barrio es un verdadero encanto.

Pon atención al kiosco francés de la Plaza de Armas, es perfecto para una foto. Date una vuelta por la Plaza Morelos, el corazón de la ciudad en donde los vendedores callejeros, el ir y venir de los locales, los restaurantes y la casa de la cultura que la rodean le ponen un lindo ambiente al lugar.

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